lunes, 2 de julio de 2018


LA LAMPARA DE SAL
LA LIBERTAD DE LOS ARTÍCULOS V/S PRONOMBRES POSESIVOS


“Estoy pegada mirando una lámpara de sal”, recuerdo haberte dicho mediante letras en aquel 
momento. Y mientras la observaba, sus gigantes granos me susurraban “una”, “una”. Fue entonces que la vi en su totalidad, como un objeto completamente “otro”, sin el pronombre “mi”. Y al ver “una lámpara de sal” y no “mi lámpara de sal”, se mostró más hermosa y clara: era una simple lámpara que estaba en la mesa de centro de la casa que habito (Honguito para los amigos).

¡Es tan liberador carecer del pronombre posesivo! Hace que la proximidad sea más verdadera, más pura y clara, más real: si nada es mío, puedo disfrutar de todo lo que está en este momento o lugar. No existen diferencias. Si no hay deseo o posesión, nos liberamos del sufrimientos, dicen los budistas. Como la palabra crea realidad, me resulta propicio y agradable verbalizarme solo en artículos definidos e indefinidos. Mejor. Sin propiedad privada.

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