Niebla de fin de mundo,
Hielo flotante
A la altura de los ojos
Nos envuelve con gracia,
Con caricias grises.
Vestigios de ciudad pasan al frente mio,
Y este amor que no olvido,
Porque es un reflejo,
Un espejo,
Un candelabro;
Unos cristales quebrados,
Un amor a mi misma.
Tengo tanto que entregar
Que me ahogo en versos,
Me pierdo en onomatopeyas
Y duermo entre paréntesis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario